A carnero castrado no le tientes el rabo.

A carnero castrado no le tientes el rabo.
Entre tratantes es usual tentar la cola de los carneros para comprobar si están gordos. Y como quiera que los castrados, por el hecho de serlo, excusan de tal examen, el refrán, en su indirecto significado, aconseja no indagar aquello que de suyo es notorio.

Diccionario de dichos y refranes. 2000.

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